martes, 18 de septiembre de 2007

Tú serás mi puta



Hacía mucho tiempo que Alice no se metía en los chats. Hubo un tiempo en que frecuentaba alguna sala en la que se hablaba sobre todo de temas de cine, que era su pasión, pero se acabó aburriendo del poco nivel que había y la falta de gente interesante que pululaba por ahí. Tenía ganas de investigar, sentir cosas nuevas, experimentar y decidió probar en un chat de sexo. No tenía ni idea del tipo de gente que podía haber ahí, pero sentía curiosidad y quería probarlo. Así que se puso un nick: Alice69 y se metió. No tardaron en lloverle mensajes privados para contactar con ella, estaba claro que el masculino era el color dominante de la sala, mucho mejor, así podría escoger.
De entre todos los privados que le salieron, escogió uno, el que le sugería más perversiones: "tú serás mi puta"

-Hola Alice, ¿estás ahí?
-Hola, aquí estoy. ¿Cómo te llamas?
-Veo que eres una tía valiente y sabes lo que quieres ¿verdad? Me puedes llamar Malcom.
-Bueno...el nick es sugerente e incitante.
-Pues no hace falta que te diga nada más entonces. Vas a ser mi puta, mi esclava sexual y vas a hacer lo que yo te vaya diciendo. Te doy mi correo y nos vemos en el messenger.
-Ok.
Ambos se conectaron al messenger, era mucho más íntimo que el chat, y la pantalla se veía mejor.
-Ser una puta significa muchas cosas, quiero saber si te gusta ser una puta, follar como una guarra, si gozas haciendo tu trabajo...
-Me encanta...
-Conecta la webcam, quiero verte, disfrutar de la imagen de tu cuerpo.
-Lo siento, pero no tengo.
-Ese va a ser un problema... Bueno, como veo que eres una putita hambrienta, lo intentaremos con un micrófono...Seguro que tienes uno ¿no?
-Si, eso sí, espera que lo conecto...
-Quiero oír tu voz.
-Hola, ¿se oye bien…? Yo no te oigo a ti.
-Ni me oirás. Me gusta tu voz, es muy sensual, me sugiere muchas cosas y todas del mismo tipo. ¿Te intimida que te oiga?
-Reconozco que sí, un poco.
-Quiero que estés algo intimidada, se trata de eso. Vas a decir solo unas frases, yo te iré guiando por donde yo quiero que vayas, estás aquí sólo para eso, para darme placer, para despertar mi imaginación. ¿Te atreves?
-No lo sé…
-Inténtalo....ser una putita exige arriesgarse. Te gustará. Tanto, que querrás repetir, lo sé.
-Vale, de acuerdo.
-Dime tu edad.
Alice se acercó al micro para ir respondiendo las preguntas de Malcom.
-29 años.
-Bien, dime: ¿para qué estás aquí?
-No lo sé, para probar, quizás, por curiosidad, por morbo... -la voz de Alice era temblorosa.
-Así que estás cortada…
-Un poco.
-Bien, me gusta…Dime que estás aquí porque eres una puta. Quiero que me lo digas alto y fuerte.
-Estoy aquí porque soy una puta.
-Bien… ¿Cómo te has sentido al decirlo?
-Un poco nerviosa.
-Lo sé, pero también sé que te excita. Lo noto en tu voz, es temblorosa, pero no hay sólo miedo en ella, hay deseo por seguir, porque yo te vaya guiando por el lado oscuro. ¿Es cierto lo que digo?
-Sí…
-Dime ¿cómo están tus bragas en este momento?
-Están húmedas, mucho.
-Así me gusta… Ahora te vas a ir desnudando, ¿qué llevas puesto?
-Un camisón negro y unas bragas del mismo color.
-Muy bien...quítate las dos cosas, tíralas al suelo fuertemente, para que yo lo oiga.
Alice hizo lo que le pedía, cogió las prendas y las tiró al suelo.
-Así, estupendo… Quieres que te use ¿verdad, ZORRA?
-Sí…
-Bien, muy bien. Quiero que me digas otra vez que quieres ser mi puta.
-Quiero ser tu puta.
-La zorra de Malcom…
-Quiero ser tu zorra, Malcom.
-Mete tus dedos en el coño, quiero que los mojes bien con tus fluidos, quiero oírte gemir.

Alice se estaba poniendo como una moto, desnuda, sentada en su silla frente al ordenador, se metió los dedos en el sexo y se empezó a dar placer, estaba húmeda y chorreaba, su respiración era agitada, y sus gemidos eran completamente espontáneos. Su mano, que conocía el terreno a la perfección, se movía hábilmente, frotó su clítoris, metió sus dedos, y se dejó llevar por la excitación del momento.

-Qué guarra eres Alice...Ahora quiero que te metas un dedo en la boca y lo chupes ruidosamente como si estuvieras chupando mi polla, quiero oírte tragar.
Alice subió el tono de sus gemidos, metió su dedo en la boca y lo chupó voluptuosamente, con ganas, mientras, su otra mano empezó a amasar sus pechos, sus pezones estaban duros y prominentes, notaba su clítoris hinchado, extremadamente inflamado.
-Así…bien. Yo te follaría la boca bien fuerte. Me imagino metiendo mi polla en tu boca hasta que mis huevos rozan tus labios
Alice seguía chupando el dedo con ganas. Saber que Malcom al otro lado del ordenador se estaba masturbando mientras ella hacía lo mismo subió su grado de excitación.
-Estás caliente como una puta ¿verdad?
-Sí, lo estoy…
-Dime lo caliente que estás.
-Estoy muy excitada y extremadamente caliente…
-Quiero que uses ese dedo mojado. Esparce las babas en tu coño, quiero oírlo.
Alice, sentada en la silla y con sus piernas completamente abiertas, obedecía lo que le iba diciendo Malcom.
-Quiero que te des palmadas en el coño.
Alice jamás pensó que se excitaría de tal forma con un desconocido en un chat. Se pegó unas palmadas sonoras en su sexo, la humedad empezaba a invadir la parte alta de sus muslos.
-Eso es, putita. Eres toda una zorra. Quiero que te masturbes para mí. Hazlo, fóllate.
Alice empezó a tocarse vehementemente, pero estaba incómoda en la silla y se fue al suelo, puso el micro cerca y comenzó a moverse arrastrada por su propio vicio. Dos manos le parecían demasiado poco en ese momento, metió una mano en su coño, que se encontraba abierto y anhelante de placer, no podía parar, sus movimientos eran rápidos, sus ganas de llegar hasta el orgasmo superaba la incomodidad del lugar.
-Vamos, fóllate ese coño. Quiero que te corras, fóllate fuerte. Mi polla está dura como una piedra, me duele, te la voy a clavar, una y otra vez, imagínatelo, quiero que llegues a sentir con tu mente lo que te digo.
Su culo subía y bajaba al ritmo de su mano, estaba a cuatro patas, en el suelo, sus pechos colgaban y temblaban al son de sus movimientos, se imaginaba a Malcom sobre ella, embistiéndola una y otra vez, sobando sus pechos, agarrando sus caderas y cabalgando frenéticamente sobre ella.

-Menuda cerda…Sigue, hasta que acabes. Lo estás haciendo muy bien. Voy a destrozarte con mi verga, la introduzco en tu coño hasta el fondo, una y otra vez, cada vez más fuerte.
Sus gemidos, exagerados, terminaron en un orgasmo bestial, sonoro. Sintió una sucesión de espasmos que recorrieron todo su cuerpo y que la dejaron completamente en paz y tranquila.
-Buena chica, Alice. Cierra el micro. ¿Cómo te sientes ahora?
-Relajada...
-Te lo has pasado bien ¿eh?
-Si...dijo con apenas un hilo de voz.
-Este correo lo tengo para putas baratas como tú. Siempre que te quiera usar me conectaré a ver si estás. Eso sí, la próxima vez, quiero que tengas ya la webcam instalada o pasaré de ti. Adiós.

Y se desconectó. Alice se puso el camisón y las bragas y cerró el messenger. Todavía estaba exhausta y su respiración era agitada. Dudaba que volviera a conectarse jamás con ese desconocido... pero, ¿quién lo sabía?


1 comentario:

Unknown dijo...

yo quiero una chica como tu, como en mis sueños.

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